Hoy en día son de sobra conocidos los múltiples efectos nocivos del tabaco, entre ellos podemos destacar la aceleración del envejecimiento celular, que en lo referido a la visión puede contribuir en un adelanto de degeneración macular asociada a la edad.
Esta aceleración del envejecimiento celular es consecuencia de las sustancias tóxicas que el tabaco introduce en nuestro organismo cada vez que fumamos un cigarrillo. A través del sistema circulatorio las toxinas se dispensan por nuestro organismo, llegando a partes tan delicadas como nuestros ojos.
La degeneración macular se da por causas genéticas, pero hay factores de riesgo como la hipertensión, una mala alimentación o el tabaco que pueden contribuir a su aparición y desarrollo prematuro.
Según estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, esta aparición prematura de la degeneración macular puede darse hasta cinco años antes de lo previsto, si comparamos con personas no fumadoras.
La mayoría de los expertos coinciden en que el tabaco acelera el deterioro de nuestro organismo, en este caso se trata de la degeneración macular, pero también otras enfermedades visuales, como por ejemplo las cataratas, se pueden adelantar.
De hecho, en el caso de las cataratas, se estima que entre los fumadores hay un 40% más de casos, una cifra nada despreciable.
Dejar de fumar no nos libra de estas dos enfermedades, pero sin duda evitará su aparición prematura y hará que su desarrollo sea más lento.
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