ojos en verano

Ojo con la salud ocular en verano

En verano además de subir las temperaturas también se incrementa la incidencia de problemas oculares. Solemos pasar más tiempo en ambientes secos, los ojos están más expuestos a la radiación solar y el agua donde nos bañamos puede tener microbios. Veamos algunos consejos para cuidar la salud ocular en verano.

Muchos pacientes no son conscientes de los riesgos a los que se exponen hasta que es demasiado tarde. No hay que alarmarse, pero si es bueno tomar ciertas precauciones. Por eso, en base a nuestra experiencia atendiendo a pacientes de Málaga, Marbella y Granada hemos querido compartir esta serie de recomendaciones.

Usar gafas de sol para cuidar la salud ocular en verano

Tanto la piel como los ojos son muy sensibles a la radiación solar y fácilmente se lesionan si no los protegemos. Nos afecta durante todo el año, pero especialmente durante los meses de más calor porque solemos pasar más tiempo fuera por vacaciones o simplemente por disfrutar de las buenas temperaturas.

Al igual que utilizamos crema para proteger la piel, deberíamos acordarnos de usar siempre gafas de sol durante los meses de verano. De lo contrario podemos sufrir lagrimeo, sequedad ocular, irritación de la conjuntiva e inflamación de la córnea (queratitis). Además la radiación solar es capaz de provocar quemaduras corneales o empeorar afecciones como la catarata o la DMAE.

Es muy importante comprar las gafas de sol en ópticas para tener la garantía de que las lentes reducen la alta luminosidad ambiental y protegen frente a las radiaciones ultravioletas. Las gafas de sol que venden en bazares y mercadillos simplemente reducen la luminosidad, haciendo que la pupila se mantenga dilatada, pero no bloquean la radiación solar por lo que entra en mayor cantidad al interior del ojo y acaba siendo más perjudicial que si no usáramos gafas.

Debemos dejar de ver las gafas de sol como un complemento estético. Son productos que nos protegen y ayudan a cuidar la salud ocular en verano. No es necesario gastar mucho dinero, hay marcas que venden productos de calidad y con protección frente al deslumbramiento por menos de 30 euros.

En cualquier óptica te pueden asesorar sobre el filtro de protección y el color de cristal más adecuado para tu vista y estilo de vida. Quizás no lo sabías pero dependiendo de si eres miope o hipermétrope te pueden venir mejor determinado color de cristal.

Prevenir el síndrome de ojo seco y las alergias

Las elevadas temperaturas o el aire acondicionado puede producir una excesiva sequedad en el ambiente que afecta a los ojos. Además si no llueve en verano habrá más polvo, polen y partículas en suspensión que propician las alergias. Si somos usuarios de lentillas tendremos mayores probabilidades de sufrir molestias oculares.

Los ventiladores o aires acondicionados aceleran la evaporación de la lágrima natural. Por tanto una buena medida será evitar la exposición directa a corrientes de aire. Así no sufriremos los picores, la irritación y esa sensación de tener arenilla en el ojo. Si aún así notamos molestias tendremos que hacer un esfuerzo por parpadear, usar lágrimas artificiales o colirios lubricantes.

Cuando se sufren este tipo de síntomas es importante no frotarse los ojos, especialmente si no nos hemos lavado las manos. Lo mejor es acudir al oftalmólogo, explicar nuestra situación y seguir las recomendaciones del especialista.

Para combatir la sequedad ambiental lo ideal es no abusar del aire acondicionado. Si fuera necesario podemos recurrir a las lágrimas artificiales. Si trabajamos muchas horas frente a una pantalla debemos intentar parpadear con mayor frecuencia.

Extremar las precauciones si usas lentillas

En verano hay un incremento de enfermedades oculares causadas por virus y bacterias principalmente. Son infecciones que además se propagan con facilidad si no tomamos ciertas precauciones y cuidamos la higiene personal. Los problemas más habituales son las irritaciones oculares así como las  infecciones como conjuntivitis y la queratoconjuntivitis.

Por descuido o inconsciencia hay bastante gente que se baña con lentillas. Lo mejor es no llevarlas ni a la playa ni a la piscina, ya que incrementa el riesgo de sufrir infecciones. Esto puede ocurrir cuando la lente de contacto retiene suciedad y patógenos. En el peor de los casos pueden facilitar que algún parásito, como la acanthamoeba que vive en el agua, se instale en la superficie ocular y acabe devorando parte del ojo.

Tanto si usas lentillas como si no, nunca debes tocar los ojos sin haberte lavado las manos. Si te vas a bañar en una piscina o en el mar, quítate las lentillas y date una ducha después del baño. Una piscina puede tener el agua cristalina, pero esto no impide que en ella habiten gran cantidad de microbios, especialmente si el mantenimiento del agua es deficiente.

Recomendaciones para bañarse sin arriesgar la salud ocular en verano

Es recomendable utilizar lentillas de contacto desechables, así cada día estrenas unas nuevas totalmente limpias. Además al final del día es buena idea lubricar los ojos con lágrimas artificiales. Si usas otro tipo de lentillas es importante limpiar el portalentes a diario y reemplazarlo cada pocos meses.

Lo usuarios de lentes de contacto rígidas permeables al gas deben tener cuidado ya que las pueden perder en el agua. A diferencia de las lentillas blandas, éstas se pueden desprender con facilidad cuando nos sumergimos. En cambio, las lentillas blandas el problema que tienen es que son porosas y pueden absorber sustancias químicas, suciedad y patógenos disparando el riesgo de infección.

A la hora de bañarse la mejor idea es utilizar unas gafas de natación graduadas. Actualmente hay marcas que ofrecen este tipo de soluciones a precios asequibles para bajas graduaciones. El problema es que muchas de ellas no corrigen el astigmatismo, por lo que la visión no será tan buena. Si te gustaría que fuera todo más sencillo, infórmate sobre la Cirugía Refractiva Láser o con implante de lentes intraoculares. ¡Podrías disfrutar de una vida sin gafas ni lentillas!

Si usas lentillas y notas alguna molestias en el ojo es conveniente visitar al oftalmólogo. Tras una evaluación se administrará el tratamiento adecuado para seguir disfrutando de una buena salud ocular en verano.