La Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) es una técnica de control, diagnóstico y seguimiento para diversas patologías. Esta tecnología es de gran ayuda para los oftalmólogos, ya que permite estudiar tejidos orgánicos del ojo. Para el paciente es una prueba rápida y no invasiva, no requiere contacto con el ojo ni tiene efectos secundarios.

Más concretamente, la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) es una prueba de imagen. Esto quiere decir que usa ondas de luz para obtener imágenes de la sección transversal de los tejidos. Como si hiciéramos un corte en los tejidos y pudiéramos ver cada una de las capas. Esto facilita las mediciones y el diagnostico precoz de enfermedades oculares.

Este gran avance ha facilitado mucho el estudio de partes esenciales del ojo como: retina, mácula o nervio óptico. Con esta herramienta el oftalmólogo obtiene información objetiva y precisa para detectar cambios en los ojos causados por enfermedades como la diabetes o la degeneración macular. Puede ayudar a detectar un engrosamiento anormal del centro de la retina, lo que se conoce como edema macular, o ayudar a identificar condiciones de la retina sutiles como los agujeros maculares.

La OCT se viene utilizando en las consultas oftalmológicas desde hace más de 20 años. Desde entonces la tecnología ha avanzado muchísimo y ahora son capaces de analizar el tejido en vivo con enorme eficacia. De hecho actualmente se emplea también en cirugía del polo anterior para obtener imágenes en alta resolución de la córnea y el cristalino. Este otro avance consigue que las intervenciones sean aún más precisas y seguras.

¿Cómo se realiza la prueba de OCT?

Durante la prueba el paciente permanece sentado, apoyando la barbilla en el aparato y fijando la vista en un punto luminoso. Al ser un procedimiento tan sencillo y sin efectos secundarios la prueba de OCT se puede realizar a todas las edades.

Si por alguna razón el paciente no fija la vista o parpadea la prueba se puede alargar algunos minutos. Es necesario que siga las instrucciones del óptico u oftalmólogo que realiza las pruebas. No debe tener ningún miedo, esta prueba no implica ningún riesgo para su visión.

La prueba de OCT es rápida e indolora como hemos comentado. No requiere anestesia y se puede realizar sin dilatar la pupila. Aunque si el oftalmólogo lo considera oportuno, la dilatación pupilar podría ser necesaria para obtener imágenes de mayor calidad.

Es natural que a muchos pacientes no les agrade la sensación de tener las pupilas dilatadas. Todo se vuelve borroso y nos molesta el exceso de luz que llega a la retina. Sin embargo en ocasiones es imprescindible para examinar bien el fondo de ojo, y cuando se dilata también se suele aprovechar para realizar una prueba de OCT.

Si le van a realizar esta prueba es conveniente que le confirmen si habrá dilatación pupilar. En tal caso debería traer unas gafas de sol para cuando vuelva a casa. Es muy recomendable que venga acompañado, además debido a la visión borrosa no podrá conducir ni usar la visión de cerca durante algunas horas.

OCT – Tomografía de Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad que produce lesiones irreversibles en el nervio óptico. El peligro es que no produce síntomas aparentes en sus primera etapas. Una hipertensión ocular prolongada en el tiempo hace que se pierdan fibras nerviosas y se reduzca nuestro campo visual. La Tomografía de Coherencia Óptica de Glaucoma nos permite evaluar el estado del nervio óptico y de la capa de fibras nerviosas.

El envejecimiento es un factor de riesgo importante para el desarrollo de ciertos trastornos oculares como el glaucoma. Esto hace que los exámenes de la vista, especialmente para personas mayores de 50 años, sean vitales para detectar enfermedades de los ojos.

OCT – Tomografía de Retina

La retina es la capa más interna del ojo y está formada por una serie de células sensibles a la luz. La Tomografía de Coherencia Óptica de Retina permite al oftalmólogo analizar las distintas partes de la retina y su relación con el vítreo y la coroides.

Las enfermedades más frecuentes de la retina suelen ser: desprendimiento de retina, retinitis, retinosis pigmentaria, retinopatía diabética o hipertensiva y las distrofias de la retina.

Por lo general, los factores de riesgo suelen ser la edad, la herencia genética o una enfermedad como la diabetes. Otras pueden ser consecuencia de un traumatismo u ocurrir de forma espontánea. En cualquier caso, estas patologías pueden afectar gravemente a nuestra capacidad visual. Por eso es importante realizarse revisiones oculares con regularidad para una detección precoz.

OCT – Tomografía de Mácula

La mácula se encuentra en la parte central de la retina y es responsable de la máxima agudeza visual. La Tomografía de Coherencia Óptica Macular nos permite diagnosticar, hacer seguimiento y controlar los problemas de esta parte de la retina.

La Tomografía de Mácula es extremadamente útil en el diagnóstico de enfermedades como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), los edemas maculares o los agujeros maculares. Cuando ya se encuentra en tratamiento es útil para evaluar cómo evoluciona y si responde bien al tratamiento.

Por ejemplo, en un caso de degeneración macular asociada a la edad gracias a la OCT macular obtenemos abundante información que nos permite conocer si sufre una DMAE seca o húmeda, el estadio de la enfermedad y si la evolución es positiva desde su última visita.